esfera paterna", pero donde "esfera paterna" representaría en verdad ala sociedad y la religión, mejor dicho a nuestras concepciones alienan-tes de la sociedad y la religión.Su obra y su vida; inextricablemente ligadas, son un canto desesperadode amor y temor, de rebelión y de angustia. La fuerza y la trascenden-cia de Kafka deben buscarse en haber hallada una técnica para expre-sar y traducir en forma literaria esa angustia. "El deseo de muerte esuno de los primeros indicios que empezamos a discernir. Esta vida nos parece intolerable, la otra inaccesible. Ya no se siente vergüenza dequerer morir; se implora desde la vieja celda que se odia, ser traslada-do a otra nueva, que tendremos todavía que aprender a odiar." Dentro de este universo kafkiano surge un solo personaje unificador deesta realidad, intercesor entre el poder (¿Dios quizá?) y el mundo: lamujer. A ella se aferra ambigua y simbólicamente; en Kafka el enfren-tamiento de dos tesis filosóficas –trascendencia o inmanencia es undrama que debe vivirse con pleno desgarramiento. Leni, la enfermeradel abogado de
El proceso
, y Frieda, la cantinera del mesón de los se-ñores, en
El castillo
, representan perfectamente este poder mediador.K. soportará todas las humillaciones, pero se aferrará a ellas con uñas y dientes, única esperanza de redención, recuperación quizá de ese perí-odo de Gracia que precedió a la Caída, ejemplificado por esa mismamujer: diosa-madre-amante. En verdad, lo que separa a Tito de Bere-nice es todo el peso del mundo, que se hunde en las más profundas ra-íces del pasado.Kafka es así una especie de Mesías negativo que revela el desorden ín-timo y absurdo del mundo. "La vida se reduce a no ser más que simpleexistencia; no hay más drama ni lucha, sino simplemente usura de lamateria, caducidad." Y así hasta la muerte, asesinado por la ausenciade Dios.Tal es el mundo interior de Kafka y sus ambigüedades. No es optimista, porque no ve ni muestra los medios para cambiar al mundo extirpandolas raíces de la alienación. Tampoco es pesimista. "Yo lucho, nadie losabe", escribe en sus Diarios. El héroe de
El proceso
no se detiene has-ta encontrar al juez y el de
El castillo
nunca ceja en su búsqueda. Sóloen la creación artística, en la construcción de! mito, Kafka intenta libe-rarse de las ambigüedades de este mundo. Su técnica: el arte, la crea-ción, de hecho un desafío a la muerte. Todo artista es, a su manera, undeicida.“No es necesario que salgas de casa. Quédate en tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera solamente. Ni siquiera
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